Lo que en muchas ocasiones destaca como factor diferenciador en una empresa no es otra cosa que la cultura de empresa puesto que suele influir enormemente en la estrategia de comunicación de la entidad.
La cultura de la empresa es muy importante en un mundo cada vez más transparente con los clientes como es el de hoy en día. Aunque a veces esté muy bien definida, el problema surge cuando no se transmite adecuadamente a su personal y ni sus propios miembros pueden ejercer de embajadores de marca. De hecho, la cultura de empresa es lo que diferencia a los grandes líderes.
La cultura empresarial debe desarrollarse adecuadamente en la gestión de personas dentro de las organizaciones, una cuestión que debe trabajarse muy de cerca en los departamentos de Recursos Humanos para saber qué implicaciones tiene.
¿Qué es la cultura de empresa?
Es un conglomerado de elementos formado por el conjunto de valores de la empresa, creencias, normas, misiones, conductas, formas de actuar, de sentir y de pensar que deben compartir todos los miembros de la organización.
Para que toda la plantilla pueda dirigir sus esfuerzos y su tiempo de dedicación en la misma dirección es importante reflejar día a día esta cultura. Solo de esta forma se podrán cohesionar los objetivos de la organización.
A pesar de que algunos de los elementos de los que se compone se vuelquen físicamente en los documentos en los que se desarrolla la estrategia del negocio, en sus memorias, página web, etc., la cultura empresarial es algo que va más allá. Esta debe reflejarse en el día a día a través de los hábitos y el comportamiento que sus miembros adquieren en el día a día, ya sea para tratar con sus clientes, con sus proveedores, para realizar su actividad laboral o para transmitir la imagen de marca.
Por qué es tan importante la cultura de empresa: Principales funciones
Destacada por funciones de cohesión, identificación y como elemento motivacional de la parte interna de la organización, la cultura empresarial conlleva otra parte intrínseca que sirve para dar la cara al exterior.
Podríamos decir, por tanto, que una función que se ha añadido en los últimos años con la revolución digital y la presencia de las empresas en las redes sociales es la referente a la comunicación corporativa.
En efecto, trasladar la cultura empresarial a la comunicación corporativa ha marcado la diferencia en el mercado y ha sido de máximo provecho en las estrategias de marketing de las empresas.
Dicho de otra manera, hoy en día la realidad del antiguo trabajador, como la del dependiente de una tienda, es también la del trabajador actual.
Antiguamente un empresario triunfaba en el mercado gracias a su don de gentes o a los detalles que tenía en la relación con sus clientes. Ahora, las grandes compañías y ecommerces también precisan destacar frente a su competencia trasladando a través de su cultura empresarial esa relación de confianza con el cliente. Es por esto que es necesario que, a nivel interno, todos los trabajadores se sientan identificados con la cultura de la empresa y que, a nivel externo, esta se integre en la comunicación de la marca.
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