La salud mental en el ámbito del trabajo es una de las líneas de actuación de la Estrategia Española de Seguridad y Salud en el trabajo (2023 – 2027), por la relevancia que siempre ha tenido y el protagonismo que actualmente cobra en relación a los desafíos actuales, como las nuevas formas de organización del trabajo, la digitalización, la gestión de la diversidad, etc.

Por este motivo se plantea una acción especial en salud mental en dicha estrategia, con acciones dirigidas a conocer las posibles causas de origen laboral en pacientes en edad laboral con diagnóstico de depresión – ansiedad.
De los problemas de salud mental con mayor incidencia, podemos destacar el trastorno de ansiedad, que afecta aproximadamente al 6.7% de la población, con una frecuencia relativamente estable, mientras que el trastorno depresivo aparece en aproximadamente el 4.1% de la población adulta, (datos atención primaria Ministerio de Sanidad 2020). Esta última es además la principal causa de discapacidad a nivel mundial y afecta más a las mujeres que a los hombres.
Diferencias entre depresión y ansiedad
La depresión es un trastorno de salud mental común que se caracteriza por una tristeza persistente y una falta de interés o placer en actividades que previamente eran gratificantes y placenteras. Puede alterar el sueño y el apetito y suele concurrir con cansancio y falta de concentración, así como ir acompañado de baja autoestima y sentimientos de culpa. El trastorno depresivo suele tener un origen multicausal en que pueden intervenir interacciones de factores sociales, psicológicos y biológicos.
Los trastornos de ansiedad se caracterizan sin embargo por un miedo o preocupación excesivos, que puede manifestarse en diferentes formas, como el trastorno de ansiedad generalizado que no está limitado a situaciones específicas, o bien otros más concretos como el trastorno de pánico, social, de separación, etc. Se caracteriza por ir acompañado en determinados momentos de sintomatología como aceleración cardíaca, agitación o tensión, sudoración, sensación de peligro o pánico, respiración acelerada (hiperventilación).
Ambos trastornos son altamente disfuncionales y por tanto interfieren en la vida diaria de quienes las padecen de forma notable, incluyendo el ámbito laboral. Ambos a su vez se encuentran entre las principales causas de absentismo laboral. Y ambos, como muchos otros trastornos mentales, parten de un origen multicausal que, junto a factores psicosociales en el ámbito de trabajo pueden jugar un papel muy relevante. Cuando estos factores se convierten en factores de riesgo, las probabilidades de aparición de dichos trastornos se incrementan.
Consecuencias en el entorno laboral de padecer ansiedad y depresión
En los últimos años es notable además la confirmación de sentencias que reconocen como accidente de trabajo diversos trastornos de ansiedad y depresión, considerando determinadas situaciones laborales como desencadenantes de los mismos.
En las organizaciones convivimos con factores psicosociales que pueden convertirse en factores de riesgo para la aparición de trastornos depresivos y trastornos de ansiedad: carga de trabajo excesiva o insuficiente, falta de control y autonomía sobre el trabajo, ambiente laboral negativo y relaciones personales conflictivas, falta de apoyo social y liderazgo deficiente, o experiencias traumáticas en el trabajo como situaciones de acoso o violencia laboral.Todo ello puede crear desequilibrios notables en las capacidades de las personas y los recursos de los que disponen para afrontar las demandas en el puesto a nivel psicológico. Estos desequilibrios pueden ser influenciados por factores individuales, familiares y sociales de cada persona, pudiendo llegar a ser lo suficientemente graves como para desencadenar en trastornos de ansiedad o depresión.
Importancia y prevención de trastornos mentales: ansiedad y depresión
Debemos contar con organizaciones sanas, para lograr que en ellas trabajen personas sanas.
El cuidado de la salud mental en las organizaciones tiene un gran papel en la prevención de este tipo de trastornos desde la:
- Prevención primaria del riesgo psicosocial en origen que pueda contribuir a minimizar la incidencia de estos trastornos mediante el cuidado de aquellos factores que son conocidos generadores de riesgo psicosocial a nivel organizativo, así como una adecuada vigilancia de la salud a nivel individual, programa de ayuda al empleado (NTP 780), etc.
- Prevención secundaria que proporcione recursos a los trabajadores para gestionar aquellos factores psicosociales que requieren de habilidades y recursos del personal y la organización para una gestión saludable.
- Prevención terciaria, junto al tratamiento que pueda requerir cada caso, para facilitar el afrontamiento, la reincorporación al trabajo y la adaptación necesaria en casos de personal afectado por este tipo de trastornos.
Las organizaciones son agentes clave para el avance en lo que puede considerarse uno de los mayores retos para la salud en estos momentos, el cuidado de la salud mental de las personas desde una perspectiva integrada y continua por y para quienes las forman, las personas trabajadoras.
Marta Navarro | Referencias: Estrategia Española de Seguridad y Salud en el Trabajo. 2023-2027; Base de Datos Clínicos de Atención Primaria-BDCAP Sistema Nacional de Salud; OMS; INSST.
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