En tiempo caluroso, los mecanismos fisiológicos de adaptación entran en funcionamiento, pero tienen sus límites y una vez sobrepasados, los riesgos para la salud son reales.
Trabajando a partir de 30ºC, hay que extremar las precauciones y, por encima de 33ºC se puede estar en una situación de verdadero peligro. Fatiga, piel caliente y seca, dolor de cabeza, sensación de mareo o de vértigo, calambres musculares…estos síntomas pueden ser un aviso de problemas mucho más importantes, incluso mortales, debidos a deshidratación, golpe de calor…
El golpe de calor puede llegar a ser mortal si no se trata a tiempo
En tiempo caluroso, los mecanismos fisiológicos de adaptación entran en funcionamiento, pero tienen sus límites y una vez sobrepasados, los riesgos para la salud son reales (sobre todo cuando se añaden determinados factores tales como una especial penosidad de la tarea o el trabajo al aire libre). Mediante la aplicación de una serie de medidas preventivas sencillas y eficaces es posible preservar la salud y reducir el riesgo de sufrir un accidente.
Adopte unos buenos hábitos frente al calor:
- Beba frecuentemente agua (un vaso cada 15-20minutos) incluso aunque no tenga sensación de sed.
- Lleve ropa amplia, ligera, de color claro para favorecer la evaporación de la sudoración.
- Protéjase la cabeza del sol.
- Si aprecia cualquier anomalía en el sistema de suministro de agua, comuníqueselo a su responsable lo antes posible.
Concilie “esfuerzo” y “comodidad”
- Evite o reduzca los esfuerzos físicos importantes.
- Adapte su ritmo de trabajo según su propia tolerancia al calor.
- Cuando trabaje al aire libre, procure trabajar a la sombra lo más posible.
- Utilice sistemáticamente ayudas mecánicas para transportar cargas pesadas.
- No acelere el ritmo de trabajo para terminar antes, puede sufrir un accidente.
Vigile sus costumbres
- Evite las bebidas alcohólicas.
- Evite o reduzca el consumo de tabaco.
- Evite las comidas copiosas.
- Refuerce su prudencia si no ha podido descansar adecuadamente por el calor.
Salud y signos de alerta
- Interrumpa el trabajo si presenta síntomas de alerta y hágalo saber a alguien próximo.
- Si al terminar una calurosa jornada, notase una fatiga desproporcionada, dolor de cabeza, aturdimiento…, no conduzca su vehículo y procure que le acompañen. Y, si está en tratamiento por alguna dolencia o estado particular de salud, consulte a un médico.
Primeros auxilios:
Si un trabajador expuesto a elevadas temperaturas presenta fatiga desproporcionada, dolor de cabeza, mareo o vértigo, piel seca y caliente, agitación, confusión, fiebre…
- Alerte o haga que avisen al 112.
- Lleve a la víctima a un lugar fresco y bien aireado.
- Quítele la ropa (déjele en ropa interior)
- Pásele paños o toallas húmedas por todo el cuerpo, cabeza, nuca y extremidades y repita esta operación regularmente para tratar de bajar su temperatura corporal.
- Si la víctima está consciente, hágale beber agua fresca en pequeños sorbos.
- Si la víctima está inconsciente, permanezca a su lado hasta la llegada de la atención sanitaria y colóquela en la posición lateral de seguridad.
Otros efectos del sol
La exposición de la piel y los ojos al sol durante el trabajo, sin la debida protección, puede ocasionar efectos derivados de la radiación ultravioleta del sol y producir (cáncer de piel, queratitis en córnea y conjuntiva, debilitación del sistema inmunológico, envejecimiento prematuro de la piel…etc).
El uso de cascos y sombreros de a la ancha con pañuelo y camisetas evitan la exposición directa de las partes más sensibles de la piel a los efectos de la radiación solar. En las zonas de piel expuesta al sol, es muy aconsejable utilizar cremas de protección solar (filtro solar de factor 15 o superior que deberán aplicarse en la piel 15 – 20 minutos antes de iniciar la exposición al sol) y barras labiales (factor 15 o superior). También es recomendable el uso de gafas de sol, ropa ligera y tupida de color claro y crear zonas de sombra en los lugares donde se vaya a trabajar.
Las superficies reflectantes (agua, cristal, metal…etc) son fuentes secundarias de radiación adicional que habrá que tomar igualmente en cuenta a la hora de la protección. Incluso en días nublados, la radiación solar puede penetrar la atmósfera de forma muy considerable y ocasionar efectos desagradables.
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