Estos días es una pregunta frecuente, ¿Se puede beber alcohol cuando se recibe una vacuna?
Hay muchos estudios y artículos sobre la influencia del alcohol en nuestro sistema inmunitario, pocos sobre el efecto concreto en un proceso de vacunación y ninguno en el caso de vacunas frente al COVID-19.

Alcohol e inmunidad
Está claro que el consumo excesivo de alcohol interfiere en la respuesta inmunitaria. El sistema inmunitario es el sistema de defensa del organismo. El consumo de alcohol tiene un efecto inmunosupresor. Reduce el número de linfocitos T y linfocitos B periféricos, ambos relacionados con la defensa del organismo, y que tienen un papel importante a la hora de reconocer y actuar frente a las infecciones.
Todo ello depende de distintos factores individuales como genéticos o estado previo de salud, y también dependerá de la cantidad y frecuencia de consumo de alcohol. Es sabido que las personas con alcoholismo crónico suelen tener más propensión a sufrir enfermedades infecciosas, especialmente enfermedades broncopulmonares, que el resto de la población. Sanitariamente es recomendable mantener nuestro cuerpo en un estado de salud óptimo para poder afrontar y prevenir enfermedades de todo tipo, incluidas las infecciosas.
Alcohol y vacunas
Se ha demostrado en diversos estudios que en el caso de consumo alto o moderado crónico se obtiene una respuesta más débil a las vacunas en general.
Por todo lo comentado, no es recomendable el consumo de alcohol en general, ni consumirlo en grado alto o moderado antes o después de recibir una vacuna, pero no existe riesgo en tomar una copa antes o después de que nos sea administrada una vacuna, eso no debería interferir en nuestra respuesta inmunitaria.
Miquel Soler – Médico especialista en Medicina del Trabajo
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