La prevención de lesiones musculo-esqueléticas depende, en gran medida, del conocimiento que tengamos de los factores que causan estos accidentes y enfermedades profesionales.
Los factores de riesgo los podemos agrupar dentro de dos grandes bloques: los relativos a la postura y movimientos que el cuerpo humano adopta durante el ejercicio de una actividad y la fuerza realizada en la misma.
La valoración de la fuerza ejercida por un trabajador en su puesto no siempre puede ser medida con un dinamómetro para poder cuantificarla. Por otro lado, la encuesta de los trabajadores mediante la conocida escala de Borg sobre la percepción del esfuerzo realizado no siempre son aconsejables por la baja exactitud que tienen en muchos casos: líneas de montaje en el sector del automóvil, industria farmacéutica y química, industria alimentaria, etc. En todos estos sectores, cada vez más, se recurre a la valoración ergonómica mediante la realización de electromiografías dinámicas de superficie porque ofrecen mucha mayor objetividad en la decisión crítica de observar si el riesgo ergonómico en un puesto es tolerable o no lo es.
Si bien este tipo de estudios es más costoso que los que se realizan con las conocidas metodologías de valoración de movimientos repetitivos y posturas forzadas como: OCRA, RULA, Ergo/IBV o REBA, dado que sólo puede ser realizado por ergónomos especializados en biomecánica ocupacional , presenta la gran ventaja de ofrecer a la empresa una gran certidumbre sobre la existencia o no de riesgo ergonómico, aspecto crítico, cuando derivado del mismo pueda requerirse a la empresa la realización de inversiones que pueden ser cuantiosas.
Joan Carles Aguilar
Responsable Especialidad de Ergonomía
Grupo Preving
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